Esto no es una campaña contra Air France… ¿o sí?
Saludos cosmonautas,
seguimos contando algunas de las peripecias que vivió Urías en su viaje a Japón para la elaboración del ya casi hypeado reportaje “Crónicas desde Cipango“. Pero en esta ocasión no vamos a hablaros de ningún lugar de Japón, si no que queremos contaros la experiencia que supuso para Urías el viaje de regreso a Catalunya.
No podemos negar que la reciente tragedia aerea de Air France ha sido lo que nos ha empujado a escribir el siguiente post, pero también es cierto que teníamos nuestros reparos en hacerlo por miedo de parecer oportunistas, sensacionalistas, o incluso alarmistas. Por ello, preguntamos a nuestros followers de Twitter, qué pensaban ellos al respecto, y nos animaron a seguir adelante con ello. Pero antes de cederle la palabra a Urías, aclarar que con este post no queremos iniciar ningún tipo de campaña en contra de Air France, si no simplemente hablar de una experiencia que vivimos. Nuestras quejas respecto a Air France, que son muchas, quizás las dejaremos para otro post. Y también queremos aclarar que, a pesar de todo, seguimos pensando que volar en avión es muy seguro.
Os dejamos con el relato de Urías:
Era 11 de Julio, habían sido 11 días de viaje por tierras niponas, recorriendo lugares que ya empiezan a ser familiares, descubriendo otros nuevos, maravillándome con nuevas delicias culinarias (que eso siempre es importante), entrevistando a gente interesante y, más importante aún, haciendo nuevos amigos. Pero todo ello llegaba a su fin, al menos en cuanto a su fase de experiencia directa, y teníamos que volver a Catalunya.
Salía del aeropuerto de Narita pronto por la mañana, y esta vez tocaba Air France (vine con KLM). Después de varios vuelos largos con ellos debo confesar que les tenía cierta animadversión, así que ya iba preparado para que el vuelo de regreso fuera menos agradable que el de ida. Pero no esperaba que lo fuera tanto.
Empezamos mal. Ya al facturar se anunciaba que no había hora determinada para la salida del vuelo, y que nos avisarían cuando se hubiese fijado. Cuando me tocó facturar la amable azafata me propuso cambiar mi vuelo por otro de KLM que salía algo más tarde, pero que me daría tiempo suficiente para volver a Barcelona. Lógicamente quitarme de encima Air France y poder volver con KLM era una buena idea, así que acepté… pero a los pocos minutos me dijeron que el vuelo Amsterdam-Barcelona estaba completo, y que por lo tanto ya no podía hacerse el cambio. Debería haber insistido. Debería haber aceptado volver más tarde a Barcelona, o incluso hacer una escala más. ¿Pero qué podía saber yo?
Al poco rato se anunciaba la hora de salida del vuelo de Air France. Pero era un espejismo. El vuelo se iba retrasando cada vez más, y al final nos contaron que había un fallo técnico en el avión y que estaban procurando arreglarlo. Nos “compensaron” el retraso regalandonos una botella de agua… ¡Evian, claro!
A las dos horas o más de espera, finalmente embarcamos. Al principio yo era feliz, había conseguido ocupar la zona de enmedio, teniendo casi tres asientos disponibles para un servidor, el cuarto lo ocupaba un chico japonés que en seguida desconectó del mundo con sus auriculares y se puso a dormir a pierna suelta.
Pero a las dos horas de trayecto, más o menos, cuando ya estabamos entrando en el continente cerca de Vladivostok, llegó el anuncio del comandante: “Señoras y señores pasajeros, estamos sufriendo dificultades técnicas con uno de los sistemas del avión (¿hidropónicos? – algo así). El avión consta de tres de estos sistemas, y actualmente tenemos dos funcionando, aunque con uno es suficiente. Pero para mayor seguridad hemos decidido volver al aeropuerto de Narita.”
Lo primero que pensé fue… “Mierda, con el retraso que ya llevamos y esto, ahora seguro que no puedo coger el vuelo a Barcelona.” Pero al poco pensé… “Bueno, quizás debería preocuparme más el hecho de que el avión en el que estoy volando tiene una avería, ¿no?” Por el momento, mantenía la calma, pero en el fondo empezaba a estar cagado de miedo. Me dije a mi mismo que no pasaba nada, que teníamos dos sistemas más, que volvíamos porque eran muy precavidos… también pensé: “bueno, puede que hoy vaya a morir”. Y es que, por muy convencido que uno esté de la seguridad del avión, cuando te dicen que hay un problema, y si encima no tienes ni puñetera idea de cual es ese problema, empieza a flaquear toda es confianza en la ciencia aeronáutica. Pero yo mantenía la calma, en serio. Mientras tanto, el japonés de al lado seguía durmiendo.
Pero poco a poco los nervios empezaban a apoderarse de los pasajeros. No era para menos. Cerca de mí una chica empezó a llorar, y todo el mundo se puso de golpe muy nervioso. Y es que empezamos a ver como el avión empezaba a perder combustible por las alas… “Esto ya es definitivo, nos caemos.” Eso es lo que debieron pensar muchos. Pero al cabo de unos minutos el comandante nos tranquilizaba. El combustible se estaba desechando a posta para el aterrizaje en el aeropuerto de Narita, al ir cargados con el combustible para llegar a París, el avión pesaba demasiado para hacer un aterrizaje en condiciones, es decir, sin que nos comiéramos el suelo. Uno simplemente esperaba que tiraran suficiente combustible para no estrellarnos, pero que guardaran también el suficiente para poder llegar… Por otro lado, también pensé que el comandante podría haber explicado el detalle del combustible antes de hacerlo, más que nada para que no cundiera el pánico…
Pero la tranquilidad no duró mucho. Una hora antes del aterrizaje uno de los sobrecargos empezó a subir las ventanillas del avión de forma un tanto brusca. Pidiendo a la gente que hiciera lo mismo sin la habitual simpatía que en principio les caracteriza (aunque hablamos de Air France…). Entonces nos pidieron que nos abrocháramos el cinturón, que pusieramos la mesilla en su sitio, el respaldo recto, etc. Lo típico que se hace antes de aterrizar, pero aún faltaban muchos minutos. Eso escamaba un poco. Suménle a esto que las azafatas hacía rato que habían dejado de mostrar la típica sonrisa y la suya ya era cara de preocupación (incluso pude ver a una de ellas con los ojos llorosos). El caso es que mi forma de comprobar si las cosas van bien a bordo de un avión es ver si las azafatas sonríen y están tranquilas (en cierto modo como pasa en los quirófanos, si la gente habla y ríe no hay problemas), en esta ocasión, ellas no servían para tranquilizarme. Es más, ellas iban atendiendo a todo el mundo, explicando lo que pasaba y tranquilizando al pasaje… pero a mi no me dijeron ni “mu”, quizás porque iba solo, quien sabe, o porque mi cara era imperturbable… hasta que al final fui yo el que pregunté: “oye, si falta más de una hora para aterrizar, ¿por qué tenemos que prepararnos ya?” Y amablemente contestó: “Es el procedimiento habitual en los aterrizajes de emergencia.” Y yo pensé: “Wow, que feliz soy, voy a hacer un aterrizaje de emergencia, que tranquilo estoy…” Despertaron al japonés que tenía a mi lado para que se colocara bien, pero él seguía imperturbable.
Y finalmente llegaba la hora de la verdad, estábamos llegando a Narita, y estoy seguro que en ese momento incluso los no creyentes empezaron a creer en Dios y a rezar… Había llegado la hora de comprobar si habíamos lanzado suficiente combustible al mar… o no.
“¡Patapam!” Tocamos el suelo… “Vrrroooooooom” Empezamos a frenar. Y “ÑIIIIIIiiiiiiiii…” Frenamos, nos paramos, y el avión se quedó enmedio de la pista. Sí, estábamos vivos. “Fiiiiu…” Pero el avión no podía volver por si solo a la terminal, creo que estaba seco de gasolina. Y estalló la euforia. La gente aplaudía, lloraba, reía, se hacía fotos… Yo miré al japonés de al lado, y le sonreí, me devolvió la sonrisa aunque como si no fuera con él la cosa (a día de hoy me sigo preguntando si entendió lo que pasó o si realmente era un tío tan imperturbable como parecía).
Yo también me hice una foto justo en el momento de tocar tierra:
Aquí la felicidad absoluta en el momento del aterrizaje (aunque con la cara completamente desencajada).
Y aquí suspirando profundamente… ¡estoy vivo!
Después de todo esto, venía la gran odisea de recolocar a los 200 o 300 pasajeros en otros vuelos para que volvieran a casa (aparte de volver a pasar los controles de inmigración – volvía a Japón otra vez) . Algunos se quedaron una noche más en Tokyo, otros decidimos pillar lo primero que fuera… y a volar otra vez. Al final fueron más 30 horas lo que acabé tardando en volver, cuando deberían haber sido 17 máximo.
En todo caso, seguramente no sabré nunca hasta qué punto era peligrosa la situación que vivmos a bordo de ese Airbus de Air France, quizás no había para tanto, quizás era un problema menor y realmente fueron muy precavidos, quizás con dos sistemas íbamos más que sobrados… es decir, puede que todo este miedo estuviera solo en nuestra mollera, la mía y la del resto de los pasajeros. Pero, cuando uno está ahí arriba, cuando uno no tiene control alguno sobre la situación, nos pueden pasar muchas cosas por la cabeza, y normalmente malas. Pero aquí estamos, contando la historia. Y seguramente mi miedo a volar se ha incrementado un poco. Pero sigo pensando que es mejor coger un avión que un coche. Eso sí, me pensaré dos veces antes de volver a volar con Air France.
Por cierto, para compensarnos cuando estábamos de vuelta en Tokyo… nos dieron otra botella de agua… ¡Evian claro!
La madre que me pario… la proxima vez viaja por TARDIS y asi lo mismo acabas en el periodo Edo (o pero, en el bakumatsu). señor, señor. recuerdo un viaje a Gran Canaria que hice para visitar a cierta personuca (mi novia). de lo que duro el viaje, estuvimos la hora final con turbuelncias. Una pu** hora con el avion como si fuera un ferrari por un camino de cabras. Imagina.
No e slo mismo, claro, pero me hago una idea. Dicho sea de paso, yo tambien creo que viajar en avion es muy seguro. Sino, no se haria. pero el acojone ahi arriba no te lo quita nadie.
menos mal que volviste bien, si no… ¿a quien iba a dar yo la lata?
Y esto yo lo incluiria en el making of d eun hipotetico DVd de cronicas Desde Cipango.
Eso de echar el combustible por las alas a mi por suerte no me hubiese asustado porque ya sabía que era un procedimiento “normal”. Pero eso de que las azafatas estuvieran cagadas ya si que me hubiera puesto nervioso.
Ya contaré como me va con Air France dentro de nada =P
Pues por lo que cuentas es el procedimiento standar, para estos casos.
Lo que no me convence es como salio ese avion la primera vez, justo lo mismito que le paso hace poco al Spaner despues de una averia lo largaron…
Pedirias la mega convesacion por el restraso y las molestias no???
Segun una directiva de la UE creo que son como 300 a 400 eur no estoy seguro…
Siete
Deka, aquí no das nunca la lata xD la verdad es que ahora las turbulencias me parecen poca cosa en comparación con esto xD (tengo imágenes de cuando ya habíamos vuelto a Narita, pero seguro que cae en los extras, heheheh).
enekochan, que esto no te condicione, que seguro que te va bien el vuelo, aunque solo sea por estadística xD
SieteDeNueve, lo cierto es que me planteé reclamar, pero cuando llegué a tierra quería irme a casa y descansar… ¿Crees que aún estoy a tiempo de reclamar? Y tienes toda la razón con lo de Spanair, de hecho al principio quería denunciarles por eso…
Información Bitacoras.com…
Valora en Bitacoras.com: Saludos cosmonautas, seguimos contando algunas de las peripecias que vivió Urías en su viaje a Japón para la elaboración del ya casi hypeado reportaje ?Crónicas desde Cipango?. Pero en esta ocasión no vamos a hablaros de nin…..
Yo me habría giñado de miedo, me has dejado flipado con la historia. Cuando he empezado a leer pensaba que ibas a contar alguna situación que demostrase que los franchutes son más salados que la puta mierda, pero lo cierto es que me he quedao chato…
Vaya sustaco, la virgen!
Ya es tarde para reclamar, pero como dice el refran, “EL QUE NO LLORA NO MAMA…” asi que para la proxima ya sabes.
Las compañias en general cuentan con que no reclamaremos. A mi me han pasado dos casos uno que me rompieron la maleta y esta vino vacia de alemania y mis gallubos sucios esparcidos por ahi.
Logicamente cuando llego la maleta asi ni la saque de la cinta transporadora llame a un empleado y dio fe. Me compre la maleta mas cara que puede y ellos con gusto pagaron eso y un poco mas por las perdidas de mis gallumbos.
La otra fue una pelea con una empresa de telefonia movil, el caso que la reclamacion llego lejos y entre unas cosas y otras con las indenizciones que me dieron el Iphone me salio GRATIS…
La proxima vez reclama, y no lo dejes por estar cansado, nunca se sabe…
Siete
¡Y yo que me cagaba en Air France solamente porque me rompieron una maleta irreparable pintada completamente a mano! Me has dejado a la altura del betún.
Bueno, tampoco me gusta el hecho de que su comida sea una puta mierda 🙂 Ni su gente, pero es difícil decirlo sin haber tratado con todos.
Ikusuki, como catalán creo que mi “simpatía” por los franceses ya viene de lejos, pero mis interacciones con Air France solo consiguen reafirmar mis prejuicios (al menos reconozco que en buena medida son eso xD).
Ale, no sabes lo peor… cuando cogí el segundo vuelo para ir a París… ¡me pusieron exactamente lo mismo que había comido en el vuelo accidentado! ¡Apenas lo probé!
Ale….
Tienes razon no hay un gabacho bueno…
Los trato mucho por aqui y son….
Ufff
Siete
PD: Siempre hay excepciones pero muy pocas….
Bueno, qué mal lo del agua, yo ya he dedicido que al menos una vez voy a probar con JAL porque todo el mundo dice maravillas. Por otro lado a Yamagata y a mí, nos propusieron cambiar de British a Alitalia y nos compensaron con una tarjeta de crédito con 150€ (bueno estaba en libras) a cada uno y además el vuelo salía antes, por lo que esperamos menos. Y a pesar de que me gustó mucho la experiencia con British porque tenián autoservicio de picoteo, no tengo queja de Alitalia, hasta una azafata se acordó que no pude elegir menú en la primera comida y antes de servir la segunda, me vino a preguntar para que fuese la primera en elegir 😀
Dónde siempre suceden cosas inesperadas es con Iberia. La última vez, el piloto se presentó como si estuviera en un concurso y además de estar dando como 15 vueltas antes de aterrizar, las turbulencias nos levantaron de golpe del asiento y la gente se puso a chillar pero no apareció ni una azafata par tranquilizarnos. Al final aterrizamos y nos dimos de narices con la “amabilidad” del personal de la T4…
Vaya historia….la verdad es que muy pocas cosas pasan para la cantidad de aviones que salen a diario. Yo nunca he vivido una situación de esas, pero sí me han hecho esperar en varios aeropuertos hasta 10 horitas…y sin siquiera una botella de agua…
La verdad es que cuando te bajas del avión después de tantas horas y el susto en el cuerpo de lo único que tienes ganas es de irte a tu casa, aunque lo que deberíamos hacer es reclamar más a menudo…pero bueno, somos personas, no máquinas.
Un relato muy entretenido! Cuando vaya a Japón evitaré AirFrance a toda costa en ese caso.
Vaya, casi nos quedamos sin El Capitán de la Arcadia de Urías 🙁
Yo sólo he volado una vez con Air France, y fue en nuestro primer viaje a Japón. En el segundo ya fuimos con la JAL 😉 😉 codazo, codazo.
Por mi zona hay un refrán que dice que “els diners i els collons estan pa les ocasions”. En este sentido, si la diferencia de precio no es mucha, prefiero pagar un poco más por un servicio mejor, sobre todo en este tipo de viajes tan largos.
No obstante, no digo que Air France sea una compañía mala, ni mucho menos, pero las hay de mejores.
Yo no sé como hubiera reaccionado, pero por lo visto aguantaste el tipo bastante bien. Quizás yo hubiera sido de los impasibles como tu compañero de asiento, tengo un sueño bastante profundo cuando voy en vehículos motorizados.
Un gran post, muy ilustrativo 🙂
Lo, cierto es que en lo que respecta a aviones siempre hay historias… pero lo mío con Air France es reiterado xD
Fer, ahora cada vez hay más notícias de catástrofes aéreas, pero también es cierto que la cantidad de aviones volando que hay hoy en día no creo que tenga nada que ver con los que había hace 10 años.
Pau, me apunto el refrán. De hecho lo pienso aplicar desde ya en cuanto a vuelos. Por fuera aguanté el tipo, pero por dentro la verdad es que debe ser la primera vez que realmente temo por mi vida xD ¡y gracias por el comentario! 😀
Una historia para quitar el sueño o las ganas de volar. A veces lo mejor es, si tiene que pasar pasará, aunque no es lo que voy pensando yo cuando me subo a un avión. Confio plenamente en la seguridad de los aviones y las capacidades de las personas al mando, pero…
Suerte que lo tuyo saliera bien y se quedara solo en un susto. Mira por donde que te llevaste 2 Evian y te “regalaron” una visita de vuelta en Tokyo.
Un saludo!
Si se me permite… en unos años te seguirasciscando en Air Galia, pero seguro que te ries.
Nuestro primer viaje, en 2006, fue en AirFrance, pero los vuelos Paris-Nagoya y viceversa los operaba JAL. Una maravilla la atención, la limpieza, la comida… Mucho mejor que Lufthansa, la del año pasado. Ademas, con JAL volavamos en Boeing y con Lufthansa en Airbus, mucho mas agobiante. Asi y todo, el personal de cabina era muy amable, no tanto como los pu**s aduaneros de Frankfurt, que nos gastaron una buena.
Javier, no sé si las aguas me compensan el susto xDDDD En todo caso, no tuve ningún problema en coger dos aviones más para volver a casa, y no me sentí inseguro en ningún momento.
Deka Black, espero tener Air Galia bien lejos durante todo el tiempo que me sea posible, si vuelvo será porque no hay más remedio.
Josecrem, habrá que probar algún día a JAL, todo el mundo habla maravillas de ellos. Este verano iremos a Hong Kong con Cathay Pacific, a ver qué tal…
Pues servidor se teme que debido a ciertas circunstancias, mi primer (recalco lo de primer) viaje a Japon aun esta muuuuy en el futuro).
Jorl, menudo viajecito, gachó.
Nunca me ha tocado hacer viajes largos, y lo único que he sufrido son retrasos de una hora con vuelos de varias escalas (a Frankfurt, ciudad maravillosa, con Lan-Chile), pero poco más. Sí que me impone hacer trayectos mayores, para ejemplo un botón como el tuyo, Capitán. Por ahora no sé cómo sería mi reacción ante una situación anormal, ¡pero seguro que me da un jamacuco! A lo mejor con agua se pasa (por lo menos le puedes tirar a alguien la botella a la cabeza), aunque vendría mejor algo con azúcar en caso de yuyu..
Uff! Vaya cangueli!
Nunca he viajado con Air France, y… creo que no lo haré!
He sufrido retrasos con Iberia, Alitalia i Swiss Air; overbooking también con Iberia; aterrizaje forzoso con Spanair; pérdida de maletas con British…
No es para darte envidia, pero con Finnair me trataron mucho mejor.
A parte de salirme el vuelo como 200€ más barato que con la gavacha.
Volviendo desde Osaka (Kansai Airport), el vuelo salió con 3 horas de retraso, porque ya había llegado tarde a causa de una tormenta de nieve en Helsinki, donde se hace escala.
Pero a mi no me dieron una triste botellita de agua, sinó un vale de 1000¥ para comer en cualquier restaurante del aeropuerto.
En Helsinki, el vuelo que enlazaba para Barcelona estaba esperándonos! Me supo mal por los pasajeros que venían de otros vuelos…
Lo malo fue que en el vuelo Osaka-Helsinki no tenía el monitor individual para poder ver las pelis o jugar cuando te dé la gana… Será que sólo están en los trayectos que van a Nagoya?
A Tokyo no lo sé. Pero supongo que tendrán porque el vuelo es más caro, supongo porque hay más demanda. Y si hay más demanda, el avión és más grande, y, por lo que vi en su web, estos sí tienen las pantallitas personales.
Madam Beus, en realidad yo prefiero vuelos largos porque sueles viajar mucho más cómodo… aunque claro… son más largos xD
Turris, toco madera, porque aparte de mi percance con Air France pocas cosas me han pasado en los aviones (aunque con esta vez ya he tenido para muuuuchos años). Siempre he intentado ir con Finnair, por precio y por lo bien que se habla de ellos, pero cuando he ido por ahí nunca he encontrado buenas tarifas, grrrr.
En todo caso, en cuanto a precio, la diferencia entre Osaka y Tokyo va variando, a veces es más caro Kansai, y a veces es más caro Narita, va com com va 🙂
Ah, bienvenida a la Arcadia de Urías 😀
Lo dicho, quien tuviera una TARDIS…
ha ha! Una Tardis, eh?
Pero es que la cabina esa me daba como un poco de yuyu… Era como la casa de Dori que aplasta a la bruja en “el Mago de Oz”…
Si pudiera viajar como Hiro Nakamura tansolo poniendo cara de restrecho haciendo popó…
Otra solución, tener mucho tiempo y muuuuuucho dinero e ir en otros medios de transporte.
Tu eliges! Si quieres ir a Japón, o a cualquier otro punto del planeta.
Miedo a tener un accidente de avión? Si… Hay mucha gente con fobia a volar, a los sitios cerrados, a las alturas…
Pero muere más gente en la ducha que en accidentes aéreos, y seguro (o no… ;P) te duchas cada día.
Bueno, esquesiempre he querido tene runa TARDIS, más que nada. Lo de Hiro manda narices, s’an cargado el personaje.
Manda leches… Eso de ser un catalizador, ya decía yo que no podía ser bueno… XDD
Hoy me voy a ver el primer capítulo de la 4º temporada, a ver si Ando le mete una descarga y despierta alguna reminiscencia de poder que le haya quedado… (esperanza és lo que queda)
Que yo sigo en mis trece, que Hiro y el juego de palabras tendrá algo que ver, no?
A demás… Monroe de dónde saldría… Tiene que haber algún contacto con el futuro, no?
Ains! Que me voy por las ramas! Que esto iba de Air France…
[…] 4º Esto no es una campaña contra Air France, ¿o sí? Donde os contamos la experiencia que tuvimos volviendo de Japón. […]
[…] de air france – a mi no me parecen nada sexys ni simpàticas, no he tenido muy buenas experiencias con Air France, pero a cada cual le pone lo que le […]
HE VIAJADO A LA HABANA POR AIR FRANCE Y ME NEGARON SUBIR 6 KILOS DE EXCESO DE EQUIPAJE QUE LLEVABA COMO EQUIPAJE DE MANO ENTRE MI HIJA Y YO, TUVIMOS QUE DEJAR UNA BOLSA DE CHOCOLATINAS Y CARAMELOS QUE LLEVABAMOS Y ALGUNA ROPA DE USO, POR SUERTE PUDIMOS COMPRAR UNA VEZ DENTRO, DE NUEVO LAS CHUCHES ASI QUE ME MONTE EN EL AVION, PENSANDO QUE SE IBA A CAER POR MIS 6 KILOS DE EXCESO DE EQUIPAJE DE MANO…