Saludos, cosmonautas.
Hoy quiero hablaros de un nuevo proyecto que acaba de empezar su campaña de crowdfunding, y en el que me hace mucha ilusión participar, aunque sea con un modesto texto. Pero es que se trata de un libro que tiene una pinta excelente por muchos motivos. El primero, por la gente involucrada; sí, incluso antes que el tema escogido, lo que tiene de bueno este libro son los nombres, porque yo compraría cualquier cosa si estuviese firmada por gente como Eduard Terrades, Domingo López, , Enrique Garcelán, Jordi Sánchez Navarro o Marc Bernabé.
En segundo lugar, que se haga un libro sobre kaiju eiga, las películas de monstruos gigantes tipo Gojira, es siempre motivo de honda satisfacción. Este libro será de compra obligada para todos los fans del género, y seguramente el mejor punto de partida para aquel que quiera iniciarse en esto de los monstruos que patean edificios. Porque este libro hará un repaso de 10 de los monstruos más importantes de la historia del género, desde Gojira (Godzilla para los no iniciados) hasta Gamera, pasando por Daimajin (del que me encargo yo con una reseña de su primera película).
Por otro lado, el libro cuenta con las ilustraciones de Carles Gañarul, y lo cierto es que son impresionantes. Ya solo por el aspecto estético, es uno de esos libros que vale la pena ojear. Además, entre las recompensas para los mecenas, se incluyen algunas de estas ilustraciones originales.
Finalmente, este libro tiene el apoyo del Festival de Nits de Cinema Oriental de Vic, un certamen ya con una trayectoria consolidada y que, para terminar de ser un festival con todo lo que hay que tener, desde el año pasado ha empezado a editar estos libros oficiales del festival. Como novedad, el libro de este año aparecerá en versión en castellano y versión en catalán. ¡Bravo!
Así pues, solo queda deciros que os paséis por verkami a echarle un ojo a las distintas posibilidades de mecenazgo que se ofrecen con “Kaiju: cuaderno de campo”, yo estoy esperando ya tenerlo en las manos.
Y si yo no he acabado de convenceros, quizás lo haga Eduard Terrades con este vídeo:
ANTES QUE NADA, CENTRA EL SCROLL, SUBE EL VOLUMEN
Y DALE A “BEGIN”.
Http iframes are not shown in https pages in many major browsers. Please read this post for details.Saludos, cosmonautas.
Ayer leía este tuit de @lindyhomer:
“Con Star Wars, la crítica cultural ha llegado al zenit de ser esa disciplina q te explica pq algo q te gusta no te tendría q haber gustado.“
Lo leí después de haber escrito un largo post sobre las críticas de Star Wars y que derivó al final en un texto sobre la crítica cultural en general. Pero después de ese tuit, que resume buena parte de mi tochazo, decidí borrarlo y empezar de nuevo yendo directo al grano. No es que la nueva entrega necesite que alguien la defienda, porque creo que el éxito está asegurado. Es más, estoy viendo que para la mayor parte de mis conocidos ha sido un triunfo de J.J. Abrams. Aún así, me apetece contestar a muchas de las críticas que he leído sobre el Episodio VII; al menos aquellas que me parecen algo absurdas.
Curiosamente, la mayor parte de ellas parecen cortadas por un mismo patrón, de hecho, incluso diría que falta originalidad y que muchas de las ideas se están tomando prestadas… (guiño, guiño) y es que el mantra que se ha establecido entre el grupo de decepcionados es que “El Episodio VII es un remake del Episodio IV, y no se sostiene como película individual”. Muchos se han sentido estafados por Abrams, consideran que el homenaje continuo convierte la película en previsible, sin nada original ni destacable, un regalo para los fans más acérrimos, a los que algunos ya ha descrito como espectadores sin criterio alguno. Hay quien se ha sentido insultado porque publicité mi post sobre la película advirtiendo que no estaba pensado para “críticos cinematográficos con un palo en el culo” (aunque yo me refería a mi reseña, no a la película), pero está claro que no soy el único que falta al respeto a la parte contraria.
En cualquier caso, voy a empezar dándole la razón a los críticos. Ya lo dije en su momento, a nadie se le escapa, Las similitudes entre la nueva entrega y la original son constantes, evidentes, tanto que algunos hablan precisamente de remake o de reboot. Está todo ahí, incluso hay cosas de las que quizás aún no os habéis dado cuenta. Se habla mucho del fanservice, es decir, de que Abrams ha hecho una película para complacer a los fans, pensando solo en aquellas cosas que les gustará a ellos. Y en definitiva, se habla de una película que por si misma no ofrece nada nuevo, que además se sustenta exclusivamente en esa nostalgia del espectador veterano.
Pero mi reacción a todo esto es simplemente: ¿qué tiene de malo el homenaje?
La originalidad está absolutamente sobrevalorada, o mejor dicho, muy mal entendida cuando hablamos de arte en general. Son muchos los que se pasan el día pidiendo algo “nuevo y original”, y parece que eso sea lo único que se le debe exigir a una película (o lo que sea) que pretenda destacar mínimamente. ¿Pero desde cuándo el Episodio IV es algo original? Con un guión inspirado en “La fortaleza escondida” de Akira Kurosawa, personajes basados en los protagonistas de dicha película, planos calcados de varias cintas de samurais, westerns e incluso de películas del tokusatsu nipón, y que al fin y al cabo está relatando una historia que tiene miles de años y miles de caras, que se lleva repitiendo incesantemente sin que nadie hable de plagio: el viaje del héroe, que definió Joseph Campbell en 1949. Y este constructo cultural se repite en miles y miles de obras de ficción cada año, lo que pasa que a menudo ni siquiera nos damos cuenta. Porque la percepción de originalidad de una obra depende a menudo del bagaje cultural de cada uno. El viaje del héroe te lo encuentras en “Dragon Ball”, en “La Odisea” de Homero, en “The Matrix”, “Karate Kid”, “El Señor de los Anillos”, por supuesto en Star Wars, pero también en historias a priori tan alejadas del relato épico como puede ser “El Escritor” de Roman Polanski. Todas estas siguen casi literalmente los 12 puntos que utilizó Campbell para describir esta historia universal que se puede encontrar desde hace milenios en distintas culturas. Haced la prueba, coged esa lista de los 12 estadios del viaje del héroe y algunas de los films mencionados, comprobaréis que en algún caso todo se cumple a rajatabla. ¿Dónde está entonces esa originalidad?
Afrontadlo, en realidad, cuando se habla de ficción, casi todo está inventado. El mérito puede estar entonces más en el continente que en el contenido, por muy impopular (o superficial) que pueda sonar esto. Pero está claro que el problema que le ven muchos al Episodio VII es que esa falta de originalidad se ha traducido en previsibilidad. Lo entiendo, pero una vez más, no lo comparto. En el 90% de las películas de acción que vemos, sabemos que van a terminar bien, porque hemos escuchado esa historia centenares de veces (el viaje del héroe, again), pero no por ello dejamos de disfrutar de ellas. Es más, alguno de los más grandes placeres que muchos tenemos es revisionar una y otra vez aquellas películas que más te gustan, ¿dónde está el problema de la previsibilidad entonces? Aquí volvemos a vibrar con escenas conocidas, pero son nuevas, con personajes distintos y un futuro por descubrir aún.
Y volviendo a lo del bagaje cultural de cada uno, alguien que no haya visto Star Wars jamás, ¿será capaz de identificar todos esos homenajes? ¿Alguien que no se sabe las demás películas de pe a pa pensará que la historia no se aguanta por si sola? Quizás esa persona vea la película tan original como cuando algunos de nosotros vimos Star Wars por primera vez. Así que insisto, somos esclavos de lo que hemos visto antes, y nuestra capacidad para definir lo que es original o no, depende absolutamente de nuestra propia historia. En esa línea, pensar que el Episodio VII es un reboot para las nuevas generaciones, no me parece ni horrible, ni descabellado, aunque sigo pensando que se trata de un gran regalo a los fans, especialmente para todos aquellos que se indignaron y se siguen indignando con los episodios I, II y III. Y la contradicción está servida, porque muchos de los que han aborrecido la nueva entrega y se siguen rasgando las vestiduras con esos tres episodios malditos, dejando claro que ese no era el camino a seguir, ahora vuelven a llevarse las manos a la cabeza porque Abrams hace las cosas como supuestamente debían hacerse. Se le crítica porque lo que hace se parece demasiado a la saga original… vamos, que me estalla la cabeza con la lógica de algunos. Es más, estoy seguro que estos mismos, en caso de que Abrams hubiese optado por hacer algo radicalmente distinto, se habrían quejado por no mantener el espíritu del original…
Otra de las críticas manidas es que, al deberse tanto a sus antecesoras, la película no se vale por si misma. Una vez más, pensemos en alguien que no haya visto las películas originales, y tendremos claro que eso no tiene sentido alguno. Además, algunos le están pidiendo algo que sí pudo tener el Episodio IV, porque no se sabía si iba a tener continuación o no, pero está claro que estamos ante un producto que forma parte de un trilogía y es consciente de ello. “El Despertar de la Fuerza” ha sido un homenaje en toda regla, que recupera todo aquello que algunos llevan añorando desde hace décadas, pero que abre las puertas de par en par a lo que está por venir. Así que, paciencia, porque estoy seguro de que serán en las próximas entregas donde veremos historias nuevas y más sorprendentes. Aún así, seguro que también tendremos una buena dosis de homenajes, y algunos pensamos disfrutar de ello. ¿Autoindulgencia? Sí, ¿pasa algo? La emoción que hemos sentido muchos con esta película no la sentirán aquellos que no hayan visto Star Wars antes, o que no la hayan visto al menos una decenas de veces. Pero puede que sientan otro tipo de emociones, y quizás es a este tipo de público a quien más me gustaría escuchar. No porque su opinión valga más que la mía, sino simplemente porque daría otra perspectiva muy distinta.
Por último, una de las críticas también más repetidas tienen que ver con el personaje de Kylo Ren, el villano principal de la cinta, que aspira a terminar el trabajo iniciado por Darth Vader, antes de ser derrotado y llevado de nuevo hacia la luz. Algunos de los mismos que critican la película por parecerse demasiado a la saga original, consideran que dicho personaje no está a la altura de su antecesor, que no es un malo “tan bueno” como lo fue Darth Vader (¿pero no se trataba de hacer las cosas distintas? ¿y pedís que el malo sea igual? ¡Boom!). Está bien ver que han conseguido entender tan bien el personaje, el problema es que no se han dado cuenta de que esa es la gracia, la vuelta de tuerca, y seguramente el punto más original de esta nueva entrega. Kylo Ren es un fanboy de Darth Vader, pero no ha conseguido ser como él… al menos de momento.
Ya me perdonaréis el atrevimiento, pero en muchas de estas críticas veo una parte de ignorancia, una parte de contradicción, y en definitiva, unas ganas enormes de ir al cine y salir decepcionado (¡reconocedlo, algunos sois masoquistas!). De hecho, parece que para muchos ir al cine se ha convertido una tortura, y cada vez que van es para salir indignados y decepcionados. Parece que ver una película se ha convertido en una especie de examen, donde saca mejor nota aquel a quien menos le ha gustado la película, y que además tiene la misión de convencer a los demás, con razonamientos más que dudosos, que aquello que acaba de ver está mal hecho, es una estafa, o que él lo habría hecho mejor.
No voy a decirle a nadie lo que debe gustarle o no, nunca estaremos todos de acuerdo, y ya sabéis, las opiniones son como los culos, todos tenemos uno (y el mío puede apestar como el que más). Pero sí me voy a permitir el lujo de recomendar a alguna gente que cuando vaya al cine procure relajarse, rebajar esa tensión, y dejarse llevar un poco más. Ojo, quizás si se destensa un poco, ese palo metido en el culo termine por salir. Que la ilusión por el cine os acompañe.
Si quieres leer mi opinión sobre el Episodio VII, la tienes aquí (es un culo más entre muchos culos).
Saludos, cosmonautas.
Hoy es un día especial para esta nave, ya que cumple siete años desde que despegó una noche fría de invierno de 2008. Para los más viejos del lugar siete años les parecerá poco, a mí me lo parecen, pero que un blog de esta edad siga en pie hoy en día (aunque sea con una regularidad mínima) creo que tiene cierto mérito. Y la mejor forma de celebrarlo es volviendo a escribir (dos posts en menos de una semana, ¡nos salimos!). Y lo que ha despertado mis ganas de hacer un retorno a lo Jedi es la confluencia de dos temas, por un lado el estreno de Star Wars, y por el otro una de las obras de Leiji Matsumoto. Sobre El Despertar de la Fuerza escribí hace poco mi opinión (y más cosas que vendrán al respecto), y a Leiji Matsumoto le dedicamos buena parte de la Nit Temàtica de Espai Daruma sobre Space Operas. Matsumoto es el creador del Capitán Harlock, y por lo tanto de la nave que inspiró este blog, pero también fue uno de los autores de “Space Battleship Yamato” (Uchû Senkan Yamato), uno de los anime más queridos por los japoneses. ¿Pero qué tienen en común más allá del tema espacial? Pues lo siguiente…
En 1978, con el nombre de “La Guerra de los Planetas” (no confundir con “La Batalla de los Planetas”, o sea, “Comando G”), la película de Uchû Senkan Yamato se estrenaba en el cine Atenas de Barcelona. Y sí, compartía cartelera con “La Guerra de las Galaxias”, que es Star Wars en viejuno. La peli dirigida por Yoshinobu Nishizaki llegaba en un momento dulce para la animación japonesa en el Estado Español, porque hacía pocos años del boom de Heidi y Marco, y estaba aún el tema caliente gracias a Mazinger Z. Hacía no demasiado que se había estrenado esa falsa adaptación a imagen real llamada “Mazinger, el robot de las estrellas”, y es que en esa época se aprovechaba el boom del momento sin reparo alguno, cambiando títulos porque sí, como fue el caso de la peli de Yamato, que pasó a llamarse “La Guerra de los Planetas” para aprovechar el tirón de la película de George Lucas. Pero lo mejor de todo es que en La Vanguardia del 14 de Julio de 1978 le dedicaron una crítica.
Es un fabuloso tesoro de esos tiempos en los que Japón no era aún el país “cool” y avanzado que se considera ahora, sino que básicamente era lo que para muchos es China hoy en día: gente que se dedica a copiar y a torturarnos con su mierda. Sí, algo de racista tenía esta crítica, que ya empezaba tachando a los japoneses de “miméticos”, productores de electrónica y pesados mercantilistas. También se puede ver en la crítica esa idea de que la animación japonesa era de baja calidad, algo que realmente tampoco le discutiremos, Osamu Tezuka fue el inventor también de la animación de bajo coste, pero sin duda sus deficiencias técnicas que suplían con otras cualidades. Pero esa fama persiguió la animación japonesa durante lustros, incluso décadas, y es que en los noventa se seguía pensando y criticando casi de la misma manera.
Destacable también que dedique un párrafo a dejar claro que esto no tiene nada que ver con Mazinger Z, quizás alguno pensaría que todo lo que hacen los japoneses está relacionado, y que Heidi pudo ser alguna vez piloto de Mazinger. Pero el crítico lo justifica volviendo de nuevo al sistema de producción japonés que, según él, al trabajar en serie consigue que el resultado sea siempre muy parecido. Vamos, que en Japón había solo un estudio de animación, y que ahora hacemos Heidi, después Mazinger, y ahora Yamato… Asegura que hay dos personajes que son clavados a los protagonistas del manga de Gô Nagai, y aunque los estilos de Matsumoto y el autor de Mazinger tengan sus parecidos (no dejan de ser dibujantes de la misma época), está claro que el autor no era alguien muy versado en el tema (¿pero quién lo estaba en esa época?).
Termina diciendo que “En realidad, “La guerra de los planetas” es un equivalente en dibujos animados de “La guerra de las galaxias”, pero con esa visión catastrofista tan característica de los japoneses.” Por esto último le damos un gallifante, pero si en lo primero estaba sugiriendo que Yamato era una copia de Star Wars, cabe decir que la historia original es de 1974, bastantes años antes del estreno de la saga de Lucas.
A modo de “crítica” propiamente dicha, se limita a decir que el uso de recursos expresivos del cómic son los que consiguen el objetivo de hacer que los pequeños pasen un buen rato. Mientras que en Japón, la saga de Yamato fue una de las responsables de que la animación empezara a ser respetada y seguida con fervor por parte del público adulto.
Tampoco queremos ser excesivamente crueles, y es que esta crítica aparece en un contexto a años luz del actual en cuanto al conocimiento que pueda tener el crítico cinematográfico medio de la animación japonesa, que también ha cambiado mucho desde esa época. En realidad, nos parece incluso entrañable, y es por eso que nos ha hecho gracia encontrar esto, y precisamente en estas fechas donde las Space Operas parecen haberse apoderado de mi día a día. Unas bonitas casualidades que han hecho que me acordara de este feliz aniversario de la Arcadia. Y prometo que en los próximos días seguiré subiendo contenido, e incluso es probable que organice un concurso. Aprovecharé al máximo este paréntesis navideño, ya que después volverá a ser difícil coger el timón. Pero os aseguro que aunque no publique, podéis seguir mis peripecias en el terreno TLQM por todos lados, y que estoy trabajando en algunos proyectos muy interesantes de cara a 2016.
Saludos, cosmonautas.
Sí, es un día especial. Tenemos post, y un post que hoy en día escribiría en otros sitios, pero después de una Nit Temàtica en Espai Daruma sobre las Space Opera, y de ver esa primerísima sesión de Star Wars Episodio VII El Despertar de la Fuerza, me han venido unas ganas enormes de coger los mandos de la Arcadia y volver a pilotarla por un ratito. Y es que estoy en una nube. Creo que pocas veces he pasado tantos nervios y emociones en una sala de cine. No es que me cueste emocionarme cuando voy al cine (soy de lágrima fácil), pero es que esta vez, a mis 35 años, ha sido muy especial. Seguramente tiene que ver con lo poderosa que es la nostalgia, pero por una vez estoy seguro que no ha sido capaz de engañarme, ni de maquillar nada, porque se ha presentado tal cual, sin complejos.
La nueva entrega de Star Wars me ha devuelto a la infancia, a esas navidades en las que TV3 emitió las películas por primera vez, y que en casa guardamos para revisionarlas decenas de veces en unas cintas Betamax que ahora forman parte de mi Yo. Porque ver Star Wars cuando eres un chaval es pura magia, y por eso Internet está lleno de esos vídeos de padres orgullosos que graban a sus retoños viendo las películas por primera vez, que nos muestran su sorpresa al descubrir quien es el padre de Luke Skywalker. J.J. Abrams ha conseguido que vuelva a ser ese niño, que no supiese como sentarme en la butaca ante la avalancha de emociones que ha despertado en mi el séptimo episodio de la saga. No paraba de dar codazos, pellizcos y decenas de miradas de complicidad a mi compañero de visionado, que salió tan extasiado como yo (y con algún morado en el brazo). Él sabía que iba a hacer todas estas cosas, porque también lo he hecho con Los Vengadores y otras películas que consiguen tocarme la fibra de manera especial. Pero creo que esta vez, ha habido más codazos que nunca.
No os diré que la nueva entrega sea una obra maestra del séptimo arte porque, sinceramente, no me podía importar menos si los sesudos críticos, o los snobs posmodernos incapaces de dejarse llevar, piensan que no está a la altura, o que les ha dejado fríos. No es mi problema que algunos vayan al cine con mentalidad robótica y no tengan alma, BB-8 tiene más alma que ellos. El Despertar de la Fuerza es un regalo para todos aquellos que nos emocionamos cuando vemos un Ala-X volando, cuando se nos eriza la piel al oír como se enciende un sable láser, o que sonreímos cada vez que un droide suelta alguno de esos monólogos de 8-bit.
Hay que reconocer que Abrams jugaba con algo más de ventaja que George Lucas cuando se planteó hacer los episodios I, II y III. Para empezar, porque Abrams podía contar con los referentes absolutos de la saga (Solo, Leia, Chewie, Luke), y además, a nivel estético, no tenía porque alejarse tanto de la original. Pero sobretodo, porque gracias a los experimentos de Lucas, ya sabía lo que NO querían los fans. Y sí, se le puede “acusar” de falta de valentía, de haber hecho prácticamente un remake de las originales, porque el homenaje es continuo, pero también hay que reconocer que es gracias a eso que se han disparado nuestros pulsos y nos han saltado las lagrimas en más de una ocasión. No creo que intente engañar a nadie, es un fan que ha querido hacer El Homenaje, hacer feliz a un montón de fans que llevaban varios años cabreados con Jar Jar Binks. Y a pesar de eso, ofrece suficientes ingredientes nuevos para tener una nueva esperanza (¡tutupish!) de cara a las próximas entregas. ¿Cuántos personajes memorables han quedado de esa ya casi olvidada nueva trilogía? Pues Rey y Finn seguro se han ganado ya muchos corazones, el mío por supuesto. Y aún está por ver como se desarrollará el personaje de Kylo Ren, al que algunos ya han criticado por no ser tan buen malo como lo fue Darth Vader. ¿Pero alguien esperaba que lo fuese? Esto es como criticar a un pintor por no ser un Michelangelo o un Picasso… Y de todos modos, y en defensa de dicho personaje, es precisamente esa idea de que es un personaje que aspira a ser algo que no es lo que lo hace interesante.
Cuando voy al cine, busco esto, emoción pura. Y será el fanboy que llevo dentro (y fuera, sobretodo hoy), será que Abrams ha calculado perfectamente las teclas que debía tocar para excitarme, me da igual el motivo, me da igual lo que piensen los demás. Esta noche he disfrutado como pocas veces lo he hecho en el cine, y cuando pensaba que pocas cosas podían sorprenderme ya. Lo siento por todos aquellos que no podéis compartir este sentimiento, pero yo voy a disfrutar de ello lo máximo que pueda. ¿Cuánto dices que falta para 2017?
Saludos, cosmonautas.
Cuesta mucho ponerme estos días a los mandos de la Arcadia. Y realmente se echa de menos, pero hay misiones #TLQM que requieren mi presencia fuera de la nave, y cada vez tiene que pasar más tiempo en órbita. Uno de estos proyectos empezó a gestarse hace meses cuando la gente de Cine Asia se acercó a mí para hacerme una propuesta que nunca me había hecho nadie: escribir un relato de ficción.
Llevo años escribiendo. Durante 7 años cada mes publicaba en la revista Hell Awaits, luego llegó la Arcadia, las colaboraciones en sitios como Zona Negativa o Especialista Mike, más recientemente la revista Zona Cómic, y finalmente, coordiné el tomo dedicado al manga de la obra enciclopédica “Del Tebeo al Manga“. Hasta ahora, todo había sido no ficción. Así que la propuesta de Cine Asia me ponía en un terreno desconocido para mí. Pero lo cierto es que encajaba de fábula conmigo. La idea era hacer un libro con Edicions Xandri, un libro formado por relatos que transcurriesen en China, Japón, Corea del Sur, India y Hong Kong respectivamente. Las cinco industrias cinematográficas de las que siempre han hablado desde Cine Asia. Había dos reglas más: que existiese algún elemento fantástico, y que hubiese de algún modo u otro alguna referencia cinematográfica.
Seguro que la mayoría estaréis pensando que me tocó hacer el relato de Japón, pero no, de eso se ha encargado, excelentemente, Eduard Terrades. A mí me pidieron que centrase mi relato en Hong Kong, que sin duda es una de las cinematografías que mayores alegrías me ha dado (quizás incluso más que la japonesa). Habiendo estado ahí en 1993 y en 2009, siendo tan fan como soy de John Woo, Johnnie To, Ringo Lam, Chow Yun Fat y compañía… ¡pues era una idea fantástica!
Para ello he tenido cuatro compañeros de viaje. Ya os he dicho que Eduard Terrades se encargaba de Japón, con un relato de tintes paranormales como solo él podía escribir (es un pozo de sabiduría). El libro se abre con un relato situado en una Corea del Sur que Enrique Garcelán describe como un mundo distópico donde todo parece estar programado. Después está Mike Hostench (subdirector del Festival Internacional de Cine de Sitges), que propone una historia vampírico situada en la India, y finalmente JR Armadàs (el señor editor), que nos lleva a China con un relato onírico. Por cierto, el prólogo es de Ángel Sala, el director del Festival de Sitges. No os contaré más para no chafaros nada, lo único que diré sobre mi relato (Hong Kong Reload) es que está lleno de homenajes a todo lo bueno de la cinematografía hongkonesa, desde Bruce Lee hasta Simon Yam.
Y ya que mencionamos al Sr. Yam, gracias a este libro viví un gran momento en Sitges. Y es que el actor, uno de los invitados del festival, aparece ya en la primera página de mi relato, y tuvo el detalle de dejarse fotografiar conmigo y el libro. ¡Momentazo!
“FantAsia” ha empezado a distribuirse ya, y por ahora sé que se puede encontrar en la Librería Gigamesh. Pero no dudéis en preguntarme si queréis conseguir un ejemplar, os ayudaré a encontrarlo.
Y otro de los extras añadidos a la realización de este libro fue la posibilidad de hacer una sesión de fotos muy cachondos con el resto del elenco de autores. Con pistolas cedidas por Cels Piñol, y donde hago mi mejor interpretación de Chow Yun Fat en “A Better Tomorrow II”.
Saludos, cosmonautas.
Ya os he dicho decenas de veces que la cada vez menor frecuencia de posts tiene una explicación, y es que mi actividad en otros frentes de TLQM no para de crecer. Ahora mismo estoy en dos grandes proyectos: el comisariado de las exposiciones del próximo Saló del Manga de Barcelona, y lo que hoy me lleva a escribir estas líneas, el Espai Daruma.
De hecho, debería darme vergüenza no haber hablado antes de la iniciativa, pero como seguro que la mayoría me seguís en las redes sociales, ya os habréis enterado. ¿No es el caso? Pues entonces os cuento de qué va este proyecto que tanta ilusión me hace.
Lo de Daruma os sonará a muchos, ya que Daruma SL es la empresa de traducción e interpretación que fundaron Marc Bernabé y Vero Calafell, y que es la responsable de la traducción de un montón de mangas y anime que habéis leído/visto. Hace ya un tiempo abrieron una nueva oficina, y con vistas a futuros proyectos, procuraron que esta oficina, situada en Barcelona, tuviese un espacio polivalente donde hacer una serie de actividades, todas ellas relacionadas con la cultura japonesa. Así fue como nació Espai Daruma (el Espacio Daruma), y como empecé a colaborar codo con codo con Vero y Marc para sacarlo adelante. Teníamos y tenemos muchas ideas de actividades, algunas de ellas ya han empezado, y otras aún están por anunciarse o definirse, y os podemos asegurar que es algo nuevo y diferente.
El buque insignia y alma de Espai Daruma, la actividad que resume mejor las intenciones de este espacio, son las llamadas Nits Temàtiques (noches temáticas). No siempre ha resultado fácil explicar en qué consisten, especialmente al principio, pero como ya llevamos algunas sesiones ahora quizás resulta un poco más fácil. Estas sesiones son como una especie de “club de lectura”, pero que no requieren de ninguna lectura previa, aunque sí podemos recomendar a veces hacer alguna, o ver algún anime o dorama. Aquí, el conductor de la sesión (un servidor), al que se ha bautizado como sempai, es el encargado de preparar un tema y exponerlo durante la sesión. Nuestra intención es aprender sobre aspectos culturales japoneses, pero hacerlo a través del manga, el anime, etc. La idea es ver qué cosas se esconden detrás de los mangas y los anime, como el contexto cultural, social, histórico toman forma o se deforman para convertirse en historias. ¿Por qué en Japón gustan tantos los robots y qué parte de culpa tiene Astro Boy de ello? ¿De dónde sacan la inspiración los autores de manga cuando hablan de alienígenas? ¿Las historias de amor en el manga en qué se parecen a las relaciones amorosas de los japoneses? Estas son algunas de las preguntas que nos hacemos y que intentamos contestar. Pero esto NO es una conferencia, sino que es un espacio de tertulia, 100% interactivo, en el que se anima a los participantes a que opinen, pregunten, discutan. Comentamos los mangas que hemos leído, compartimos nuestros conocimientos sobre la cultura japonesa, y así al mismo tiempo que pasamos un buen rato, aprendemos.
Esta fue la primera noche temática que hicimos.
Pero eso no es todo, en Daruma hay traductores, y por lo tanto, el idioma japonés es una parte fundamental de la oferta de cursos de Espai Daruma. Se ha empezado con un curso para principiantes, de nivel cero, que está funcionando bien, y que seguirá en el próximo curso. Además, ahora mismo también está abierta una clase de traducción, para gente con un nivel más avanzado de japonés, pero que quiere practicar traduciendo manga, anime o literatura japonesa; dirigido principalmente a estudiantes o licenciados de traducción (¿o ahora es graduados?). Y tampoco se acaba ahí, porque Espai Daruma también quiere ofrecer otros grupos de lo que llamamos “clases por objetivos”: business, viajes, conversación, lectura de manga… ¡Y ojo! Este próximo julio, tendremos clases intensivas de nivel cero, también de traducción y un grupo para los que preparen viaje a Japón.
Hace poco también iniciamos un ciclo de tres charlas dirigidas por la sensei Shigeko Suzuki (¡la primera profe de japonés de Marc y Vero, y también mi profesora de literatura japonesa!). Gracias a ella tenemos la oportunidad de conocer mejor, y en boca de una japonesa, como son los japoneses y porqué son así, como su historia, geografía, clima, etc., les ha llevado a ser tal y como son hoy en día. Aún quedan un par de sesiones, así que si os animáis, ¡ya sabéis!
La primera sesión fue un éxito, y os podemos asegurar que las siguientes serán incluso más interesantes.
Hasta aquí lo que hemos hecho y seguimos haciendo hasta el momento, pero os podemos asegurar que seguimos pensando y diseñando nuevas propuestas. Es más, animamos a todo el mundo a hacer sus propuestas, e incluso ya hemos cedido el espacio y lo seguiremos cediendo a iniciativas que encajen con el mismo (como por ejemplo, la charla que dio el equipo de CineAsia sobre el director de cine Yoji Yamada, días después del estreno de su última película).
Podéis visitar el blog de Espai Daruma que acabamos de abrir para ver toda nuestra oferta, también tenemos cuenta de Twitter y una página en Facebook. Y siempre nos podéis mandar un email para preguntar precios (sí, la mayoría de actividades son de pago, pero con precios de risa), horarios o hacernos propuestas de colaboración.
Para nosotros lo que estamos haciendo en Espai Daruma es un trabajo que ilusiona, y nuestra intención es canalizar toda esa afición por el manga y el anime hacia la comprensión y mayor disfrute de la cultura japonesa. En definitiva, se trata de llevar nuestra afición a otro nivel.
Dejar comentarioSaludos, cosmonautas.
Aunque ahora mismo estoy inmerso en la preparación del próximo Saló del Còmic de Barcelona, este fin de semana voy a tener un respiro. Parece que mi intervención en la primera edición del Salón del Manga de Alicante no gafó el evento, mas todo lo contrario, ya que parece que se ha consolidado. Y este año vuelven a invitarme para que hable un poco de la historia del manga moderno, a la vez que presento ese gran proyecto (del que no se ha hablado lo suficiente) que es “Del Tebeo al Manga: Una historia de los Cómics. Manga: Made in Japan“.
La conferencia será el sábado 11 de Abril de 17.30h a 19.00h. Pero hay muchísimas más cosas a tener en cuenta: por ahí andarán Marc Bernabé, Toni Torres, las Xian Nu Studio, Jonathan López-Vera… muchísima gente que nos contará cosas interesantes. ¡Os espero en Alicante! Toda la información aquí.
Ah, sí… hice un vídeo para anunciar mi participación…
Dejar comentario
Saludos, cosmonautas.
Ayer me peleé con Internet. Bueno, quizás estoy exagerando, pero parece que durante un buen rato estuve discutiendo con varia gente respecto a la fecha de la primera emisión de Dragon Ball (o Bola de Drac) en TV3. Todo empezó porque el pasado domingo, 15 de Febrero, salió en varios medios que ese era el día en que se había empezado a emitir el anime en Catalunya hace 25 años. Pero hace ya unos cuantos años, algunos llegamos a la conclusión de que el auténtico día del estreno fue el lunes 26 de Febrero de 1990 (y ya os avanzo, que nos equivocamos).
La investigación, llevada a cabo en su momento por Marc Bernabé, nos aportaba la única pista empírica del estreno de Bola de Drac en TV3, la hemeroteca de La Vanguardia. Cierto es que fiarse de la página de la programación televisiva de un periódico no es una prueba irrefutable, pero era el único pedazo de ese momento que teníamos, lo único tangible. Según ese periódico, la primera aparición en la parrilla fue ese 26 de Febrero de 1990, y por lo tanto, tomamos esa fecha como buena. El problema principal es que de Dragon Ball se han dicho muchas cosas, y la mayoría se han dicho “de memoria” o con “testimonios”, y está claro que la memoria no es una de las herramientas más fiables que hay. Es por eso que para este tipo de cuestiones me pongo exigente, y lo que pido es una prueba empírica, objetiva. Lo que más me convenció de la necesidad de aportar pruebas concretas fue la entrevista que realicé a Oleguer Sarsanedas, jefe de programación de TV3 de la época, para el documental Songokumanía: El Big Bang del Manga. A pesar de ser uno de los máximos responsables del asunto, lo cierto es que tenía una serie de lagunas considerables en el relato de la historia. Y es normal, han pasado muchos años. De hecho, él mismo explica que si no fuese por su hijo, quizás no se habría puesto nunca a ver la serie (o sea, que ni siquiera era muy consciente de lo que tenía entre manos). Además, hay muchas otras imprecisiones incluso en algunos libros que se han publicado sobre el tema, o en varias webs (incluso la Wikipedia) que sitúan el estreno tanto en Galicia, País Vasco y Catalunya en 1989. De hecho, se habla mucho de la breve emisión en Canal Sur el 2 de Marzo de 1989, pero hasta ahora lo único que tenemos al respecto son personas que aseguran haberlo visto y algunos artículos que al mismo tiempo aseguran que en el resto de comunidades fue en 1991 (lo cual te hace dudar aún más de la veracidad del tema).
Teniendo en cuenta las constantes incongruencias en un buen número de fuentes, a mi criterio, parecía lo más adecuado aferrarse a la única prueba fehaciente que teníamos. Pero teniendo en cuenta que TV3 había considerado que la fecha del 15 de Febrero era la del aniversario, fueron muchos los que saltaron a la yugular cuando algunos insistimos en la fecha del 26. Uno de los argumentos principales era que lo de La Vanguardia estaba equivocado porque el cambio de programación se hizo sin avisar. Una explicación plausible, sin duda, pero una confiaba en la competencia del periódico, y que estuviesen más de una semana cagándola parecía algo exagerado (aunque al final era cierto). El otro argumento era del calibre “si lo dice TV3 es que es verdad”. Y no es que quiera “desautorizar” a TV3, que son quien sin duda mejor deberían saberlo, ¿pero quién me asegura que se tomaron la molestia de comprobar empíricamente que esa era la fecha y no lo miraron de forma rápida en Google? Es decir, que hay veces en que consideramos que todo lo que dicen en la tele es mentira o está mal, pero en otras confiamos ciegamente en lo que nos dicen, eso no es muy coherente, si se duda, que sea siempre. Es por es que, volviendo al tema de las pruebas tangibles, he llegado a un punto en que me gustaría ver el registro de TV3 donde se vea claramente que ese fue el día (es más, estoy a un paso de llamar a TV3 para que me dejen ir ahí a verlo en persona).
Como lo de visitar a TV3 ayer no era plausible, quise investigar un poco más con las pocas herramientas que tenía a mano, y llegué a otras hemerotecas, las del periódico catalán Avui, y también de El Periódico de Catalunya. ¿Por qué no lo miramos antes? Pues no estoy seguro de que ambas estuviesen disponibles en su momento, y la de El Periódico sigue siendo de pago y solo te ofrecen una transcripción del texto. En cualquier caso, finalmente las cosas cuadraban, y en ambas ediciones del 15 de Febrero de 1990 aparecía ya Bola de Drac. Que dos periódicos lo tengan parece ya una prueba bastante más creíble.
AVUI, 15 Febrero 1990
El Periódico de Catalunya, 15 Febrero de 1990
Por cierto, esto echa por el suelo esa idea que servía para desautorizar La Vanguardia de que TV3 no avisó del cambio de programación. Pues queda claro que sí lo hizo, porque al menos dos periódicos tomaron nota de ello. Lo cual refuerza más la necesidad de tener pruebas concretas y no “teorías”.
Justo después de publicar este post contactamos con uno de nuestros colegas en TV3, y gracias a Andrés Palomino, tenemos una captura de imagen del registro de programación de TV3 donde tenemos la confirmación definitiva de que sí, fue el 15 de Febrero de 1990 cuando se emitió el primer episodio de Dragon Ball:
En cualquier caso, parece que cada vez estamos más cerca de “la verdad” (al menos tenemos la certeza sobre TV3), y aunque aún nos faltarían pruebas definitivas de todo, parece que el orden de estreno de Dragon Ball en las cadenas autonómicas fue el siguiente (y Catalunya sube un peldaño en el podio):
8 Febrero de 1990 “As bolas maxicas” en Galicia (TVG)
15 Febrero de 1990 “Bola de Drac” en Catalunya (TV3)
18 Febrero de 1990 “Dragoi Bola” en Euskadi (ETB)
(y puede que el 2 de Marzo de 1989 en Andalucía, Canal Sur)
Pero recordad, todo lo que acabo de escribir tiene el valor que tiene, de hecho, su importancia es realmente anecdótica. Lo que realmente es importante es que algún día de 1990 (o 1989) empezó a emitirse una serie de dibujos animados japoneses que nos cautivó, una serie que consiguió que empezáramos a fijarnos en un país muy lejano. Lo importante es que Dragon Ball y la Songokumanía fueron el auténtico Big Bang del Manga de nuestro país.
Dejar comentario
Últimos abordajes